"Es imposible ser y no ser a la vez y en el mismo sentido"Así por ejemplo, al afirmar que una cosa es de tal modo, se presupone, en efecto, que no es lo mismo ser eso que no serlo: si decimos que ayudar a los demás “es” bueno, es porque no es lo mismo “ser bueno” o “no serlo”.
Aunque se utilice en todos los sectores del saber humano, este principio básico hace referencia al ser, y por eso corresponde a la metafísica, ciencia del ente en cuanto tal, poner de manifiesto todo su alcance. Al considerar esta verdad suprema, estamos ahondando en una de las características más evidentes y fundamentales del ser.
Ese juicio primero se llama principio de no-contradicción, porque expresa la condición fundamental de las cosas, es decir, que no puede ser contradictorias. Este principio se funda en el ser, y expresa su misma consistencia y su oposición al no-ser.
Conocemos este hombre, esa montaña, percibiendo a cada uno como algo que es, como un ente. A continuación se alcanza la idea de “negación de ente” o “no-ser”; con ocasión de que advertimos, por ejemplo, que un objeto que estaba aquí, ahora ya no está, o que este perro no es aquel otro, la inteligencia forma la primera noción negativa, la idea de no-ente.
Una vez aprehendido a partir de las cosas el no-ser, entendemos que un ente no puede ser y no ser, a la vez y en el mismo sentido: el principio de no-contradicción expresa así la incompatibilidad radical entre ser y no-ser, fundada en que el acto de ser confiere a todo ente una perfección real, auténtica, que se distingue absolutamente de estar privado de ella.
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