lunes, 22 de octubre de 2018

Síntesis de Espíritu de Geometría y Espíritu de Finura

Pascal



En esta distinción entre “espíritu de geometría” (lógica, racionalismo) y “espíritu de fineza” (sentido común), queda claro que ambos espíritus son propia y estrictamente humanos, pero el primero resulta, sencillamente, insuficiente para acercarse al entendimiento de la vida enteramente puesto que no ve lo que tiene delante, solo piensa abstractamente. En cambio el espíritu de finura tiene una vista amplia y general, tanto que se pierde en los principios del geómetra y no los comprende pues está acostumbrado a juzgar de otra manera, con “las razones del corazón” diría pascal. 

Después está el espíritu justo que tiene bien claros los principios y no cae n falsedades, aquel geómetra que no conozca bien sus principios, no será mas que un espíritu falso y estos no son ni finos ni geómetras.

Análisis de "El perfil del hombre y la cultura en México"


Samuel Ramos



Samuel Ramos dice que el mexicano se auto-denigra y que posee un complejo de inferioridad que lo caracteriza. Esto es causado por la brecha que hay entre lo que es y lo que aspira a ser. El mexicano ha recibido la cultura europea y la ha imitado como un mecanismo psicológico de defensa. Los españoles destruyeron la cultura de los indígenas e impusieron la suya. Sin embargo, los habitantes de la Nueva España, ya sean criollos o indígenas, se sentían inferiores.

Ramos sostiene que el sentimiento de inferioridad aparece desde la infancia o la adolescencia, cuando el carácter empieza a formarse, y se puede comprender que sus rasgos se orientarán a compensar aquel sentimiento. Todas sus actitudes tienden a darle la ilusión de una superioridad que para los demás no existe. Vive una mentira, pero sólo así puede liberar su conciencia de la idea de la inferioridad. 

En su obra explica que el español es individualista, y ese individualismo nos fue heredado, el español se rebelaba ante el encadenamiento de lo colectivo. También nos dice que los españoles se encontraron con una cultura pasiva que se dejaba conquistar fácilmente, que a pesar de las riquezas que en esta, no era una cultura activa que innovara, sino una cultura que se aferraba a la tradición, a eso Ramos le llamó “Egipticismo” por su parecido con la cultura egipcia.

A pesar de que, en el siglo XIX, Inglaterra era la cultura que predominaba en el mundo, México volteó a Francia, como una forma de liberarse de todas aquellas ideologías que predominaban en la cultura mexicana. Pero décadas después se dió un rompimiento con lo europeo, en un momento que el mexicano se decepcionó (sobre todo Europa al entrar en guerra), se formaron dos grandes corrientes extremas que según el autor eran nocivas para la cultura mexicana, el europeísmo (los que veían a México desde Europa) y el nacionalismo (que negaba todo lo extranjero y exaltaba lo mexicano).

El autor hace un “psicoanálisis del mexicano” donde los separa en tres tipos: El Pelado, el cual tiene una personalidad, una real y otra ficticia. “La personalidad ficticia es diametralmente opuesta a la real, porque el objeto de la primera es elevar el tono psíquico deprimido por la segunda.” Ante la falta de cultura o status social, El Pelado se cree muy valiente, dice tener “muchos huevos”. Por otro lado, está el mexicano de la ciudad que es muy diferente al primero, pero tiene una desconfianza irracional, es temeroso de todo. Y el último es el burgués mexicano, que puede disimular más fácil sus sentimientos de menor valía porque posee más recursos intelectuales para ocultar su sentimiento de inferioridad.


Referencia:


RAMOS, Samuel; DE RAMOS, Adela Palacios. El perfil del hombre y la cultura en México. MadridMéxico: Espasa-Calpe, 1951.





jueves, 22 de marzo de 2018

Metafísica: De todas las ramas de la filosofía, el tronco.

Los hombres a través de la historia se han esforzado continuamente por encontrar un saber último y universal acerca de la realidad. Ya desde los inicios de la historia de la filosofía como la conocemos hoy, se entendió esta ciencia como un saber universal que perseguía descubrir el elemento primario de la realidad. 

En el querer dar una explicación profunda del universo, ponían su constitutivo más radical ya sea en un elemento intrínseco al mundo. Individuaban ese elemento en alguna sustancia material: fuego, aire, agua, el movimiento o con el espíritu, el pensamiento. Otros han conocido que existe un principio trascendente distinto del universo. 


A medida que crecía el cuerpo de doctrina filosófica se iban deslindando ramas que se ocupaban de problemas distintos: la naturaleza, el hombre, la moral y entre ellas se perfilaba un núcleo principal, que tratando del constitutivo último del mundo, afectaba a todos los conocimientos filosóficos, y que termina en la consideración de una primera causa del universo: esta ciencia era la metafísica.




Esto nos da una idea acerca de la metafísica: Es el estudio de la causa última y de los principios primeros y más universales de la realidad. 
No estudia las causas próximas - aquellas que producen de modo inmediato determinados efectos - porque las ciencias particulares se ocupan de ellas, sino de las causas últimas o supremas, es decir aquellas que extienden su influjo a todos los efectos de un determinado orden. 

Todas las ciencias tienen un objeto de estudio, es decir, algún sector de la realidad que tratan de conocer, como por ejemplo, la biología considera el mundo viviente. El objeto de la investigación científica define a cada ciencia dando unidad interna a todos los conocimientos que la componen. La metafísica estudia el ente en cuanto ente, sus propiedades y sus causas.

  • “El ente”: lo que ordinariamente se llaman cosas, realidades o seres, en metafísica reciben el nombre de entes. Ente significa “lo que es”, algo dotado de la propiedad de ser. La palabra “ente” proviene del verbo ser; en latín ens: es el participio presente del verbo esse; del mismo modo que a un hombre en cuanto oye se le llama oyente, y en cuanto estudia estudiante, así en cuanto es o tiene ser, se le llama ente. 
  • “En cuanto ente”: las demás ciencias, que tratan de entes particulares, ciertamente consideran al ente, pues todos los objetos de las ciencias son entes; en embargo, no estudian el ente en cuanto ente, sino en cuanto es tal ente. 
El objeto material de la metafísica es toda la realidad. Pero su objeto formal es el ente en cuanto tal, considerado en su carácter de ente. 
  • “Sus propiedades y sus causas”: cada ciencia, al considerar su objeto, necesariamente se ocupa de todas sus características y de todo lo que a él se refiere de algún modo. La metafísica ha de tratar de las propiedades que resultan de las cosas en cuanto entes; le corresponde descubrir si hay aspectos que se desprenden del ser de las cosas o no, por ejemplo “la verdad” procede del ser de las cosas, pero la “materia” no es una condición exigida necesariamente por el ser.


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